(Autobiografía de un día)
Una marca en el agua. Y torrentes de duda. Una lectura entrecortada de una
voz balbuciente.
Vivo las palabras cada día hecho de palabras, que no puedo decir-vivir de otra manera. A veces ellas -las palabras- dejan de ser TODO ESO, ESA VASTEDAD, ESE CASTILLO FUGAZ. Y quedan adheridas a algún único atardecer, Alguna sonrisa, Algún gesto espontáneo que naturalmente no se volverá a repetir.
Despegándolas después, en el recuerdo, las dejo volar, irse. Pero alguna, siempre, casi siempre, decide quedarse.
Hay un alma que clama horizontes, una "melancolía de nómada" que habla con las sombras, perpetua preparación viajera, añoranza constante de caminos.
Si me nombro ¿existiré? Voy diciéndome. Soy diciéndome. La ilusión de haber sido y de ser está en la palabra.
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