Nombre falso

A veces pienso en un seudónimo. Pero recién se me ocurrió que no necesito uno. Ya que mi apellido escrito correctamente es un seudónimo.
Mi propio nombre es un seudónimo. Firmo con un nombre inventado. Documentos y registros pertenecen, en realidad, a otra persona.
Si firmo con mi verdadero apellido, no lo aceptarán, dirán que es falso. Sin embargo, camino por la vida con un nombre falso.
No tengo hermanos, ni primos, ni parentela numerosa. Soy Guilio. Un brindis descuidado le derribó algunas letras y erigió otras en su lugar.

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