20.03.11
Romper los diques de esta tristeza, y que el llanto sin fondo anegue mi cuerpo en tibio recipiente de sal… “Llorarlo todo, pero llorarlo bien…”

Darle mil nombres a esta pena, hasta que entre ellos te pierdas, hasta olvidarte. Pero el olvido jamás sucede de esa manera, ni de ninguna otra. Simplemente, atrapamos futuras soledades. Las llamamos nuevas vivencias, nuevas relaciones que, otra vez, nos romperán el corazón… Cuadros de color al fin, para sobrevivir, para ir viviendo un rato… Para sobrevivir a los innumerables grises de las ausencias.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Recóndita metaficción