"Ciruelo de mi puerta, si no volviese yo, la primavera siempre volverá. Tú, florece." Haroldo Conti Hace frío y mis ramas están desnudas tras el deshojamiento cruel del invierno. No obstante, ya tengo yemas en ciernes...en callado crecimiento. Espero la tibieza de la primavera como un caminante del desierto espera una nube en la impiedad del sol del mediodía. Sé que mis brazos grises serán verdes brillantes, de nuevo. Y seré refugio de nidos de gorriones, otra vez. Soy árbol y mi sueño de semillas no tiene fin. No sé morir. No soy consciente de que podrían talarme, desaparecerme...Y aún así, mis semillas ... Algunas veces me han arrancado ramas, mis brazos, mis sostenes de nidos, mis portadores de hojas frescas, de sombra, de oxígeno... Fueron heridas muy doloros
Estoy del Otro Lado, desde siempre. Donde no hay excusas. Al menos no en el, para mí, tan laborioso "plano real", la densidad, la materia, los infiernos de cada une, conviviendo o matándose entre sí. Por tanto, mi escape es el plano imaginario las autopistas de mi mente la posibilidad de ir a mil o de ralentizar, a veces, cuando intuyo la fiabilidad de algún puente.
I nmersa en el milimétrico mar de sus miniaturas se oculta ¿ renuncia a vivir ? ¿ O construye , con la paciencia no dedicada a ningún otro acto ni persona, un universo micro- cuántico- minimalista- demasiado ensordecedor de tanto silencio, abrumadoramente mudo de tantas palabras? ¿Talla su deseo en los detalles más ínfimos ? Y la pregunta que impregna los diminutos espacios , objetos y colores, es tan enorme, que no se ve, allí.
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