Cercena.

Se vuelve incandescente.

Se vuelve maleable.

Regresa al origen ni bien lee una palabra clave.

Tiene miedo y cercena.

Entonces corta, anula, destruye, dinamita.


No hay más puentes.

No hay más lugares luminosos.


Cercena mi ardid

   tu miedo.

Amás, por fuera,

  lo que más 

querés destruir,

  por dentro.

Amás la forma

     de la palabra,

     sin alma.

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