Estoy
del Otro Lado,
desde siempre.
Donde no hay excusas.
Al menos no
en el, para mí,
tan laborioso "plano real",
la densidad, la materia,
los infiernos de cada une,
conviviendo
o matándose entre sí.
Por tanto,
mi escape es el plano imaginario
las autopistas de mi mente
la posibilidad de ir a mil
o de ralentizar, a veces,
cuando intuyo
la fiabilidad de algún puente.
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