Tiempo a solas frente al mar te cura de las miradas (siempre juzgadoras) ... Aunque las miradas te escudriñan , pero también te reconocen, en el sentido de confirmarte como "otro" , otro ser, entre humano y animal ... 

Me siento tranquila con el desapego cada vez más profundo que vengo experimentando.

El odio y el amor están demasiado cercanos. No los veo antagónicos en la praxis - en el sentir- para nada. Odio - amo todo el tiempo, me devela la vida.

Todo es mentira.

¿ Cómo podríamos ser puros en el amor?

¿ Cómo no detestar nuestra próxima desaparición en un universo que no se inmuta ni se inmutará... en una eternidad celeste y abúlica ?

¿ Cómo no odiar esta lenta muerte dentro de esta fugaz vida ?


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